La Verdad del Marsano
Hoy termina con éxito la primera obra de esta nueva etapa del emblemático teatro Marsano. Se ha escrito, dicho y visto mucho de la obra La Verdad, de sus actores, del teatro y claro de nuestro por siempre recordado Osvaldo Cattone, pero siempre quedarán palabras para expresar lo que el Marsano hacía, hace y hará sentir, más allá de las obras que pasen.
Después de tres meses en temporada, la comedia dramática (como la podemos etiquetar) “La Verdad” del galardonado escritor, dramaturgo y guionista francés Florián Zeller, dirigida por Giovanni Ciccia y bajo la producción general de Makhy Arana, llega a su fin este domingo 18 de junio con el éxito que se esperaba: contaba con un elenco y director buenos, mediáticos y populares; y una historia de un escritor conocido por sus historias puestas en las tablas: “El Hijo” y “El Padre” (donde actuó el gran Cattone); además se venía de adaptar con éxitos ambas historias para el cine.
Pero sobre todo creemos que el éxito de público de “La Verdad” (sin desmerecer nada ni a nadie) fue el público fiel del Marsano, aquel que Cattone siempre supo mantener a pesar del tiempo, el terrorismo e incluso algunas no muy buenas puestas (hay que decirlo, nadie es totalmente infalible). Ese público que a Oswaldo le permitió innovar (para su época), arriesgar (a pesar de los temas tabúes), apostar por actores nuevos e internacionales, ese público que cuando no tenía para una entrada, Osvaldo le permitía entrar, siempre mostrando su alegría por querer ver una obra suya, y demostrando su “don de gente”.
Me alegro de que Mahky Arana haya decidido continuar de cierta manera con el legado Cattone, restaurando físicamente el teatro y abriendo la puerta a opciones de personas que no habían trabajado antes con Osvaldo; pero manteniendo la calidad y calidez que tuvieron cada una de las puestas de las obras que por más de 40 años se vieron y se vivieron en el Marsano.
El ciclo de “La Verdad” con Sergio Galliani, Magdyel Ugaz, Gonzalo Torres y Milene Vázquez, se despide por todo lo alto. La historia en la cual ellos van descubriendo verdades inesperadas a través de una serie de giros entre el drama y la comedia, y por los cuales vamos explorando la complejidad de las relaciones humanas, se aleja para dar paso a otra cómica y compleja a la vez puesta en escena, a un clásico del Marsano, en una nueva y esperada reposición: Brujas.
Así que tenemos Marsano para rato… Esperemos que estas nuevas experiencias del “legado de Cattone” con herramientas muy bien usadas como las redes sociales o una excelente campaña de prensa, sumen nuevos públicos, de diferentes edades y que por una u otra razón no hayan conocido algo del extraordinario Oswaldo Cattone se den la oportunidad de conocerlo. ¡Ah, y no solo está para eso el internet, sino toda la historia que está dentro de las cuatro paredes del Marsano!
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