«Humedad»: El amor, ¿no es acaso solo el buscar a alguien para poder sobrevivir en el fin del mundo?
Está en cartelera teatral, nuevamente, la obra “Humedad” de la dramaturga mexicana Bárbara Colio. Luego de tres años y solo tres funciones debido al confinamiento que vivimos por la pandemia. El siempre tenaz David Carrillo apuesta por montarla por segunda vez y siempre acompañado de Anneliese Fiedler.
Aquella vez (el 2020) sentí a “Humedad” como una obra íntima, pero rara. Ahora, al verla por segunda vez en un escenario más grande y después de estar encerrado mucho tiempo (ya sea con tu pareja o familia, los que no estuvieron solos) la veo un poco menos íntima, más realista, pero sobre todo más “normal”.
“Humedad” se presenta como la historia de dos parejas que se encuentran varadas en un pueblo muy devoto donde no para de llover. Ambos dúos se alojan en un mismo hotel, en cuartos separados, pero idénticos: Ellos y los Otros. Ellos ya cansados de vivir la rutina de siempre y donde ella dará el primer paso comprando una lavadora que cambia sus días, mientras él sigue en su trabajo. Y los Otros, que acaban de llegar, y donde la mujer (también) decide no caer en una rutina agobiante, mientras que el hombre solo quiere descansar y que el tiempo pase rápido.
Pero “Humedad” va más allá de lo literal, de lo que vemos en escena. Y es justamente el tiempo –y claro la humedad- la que juega en contra, ¿de las dos parejas, las tres (contando la de la escena final) o la de la única que siento que siempre existió? Una mujer y un hombre que buscan salir del hoyo donde se encuentran por rutina, desidia o conformismo.
La humedad es la cantidad de vapor de agua que hay en el aire -Lima es una ciudad donde hay mucha humedad- y quizás por eso podemos sentir y empatizar con esos seres que interpretan en algunos momentos mejor que otros Anneliese Fiedler y el propio David, quienes buscan no dejarse contaminar de una u otra forma por esa humedad, pero que al final ceden porque la humanidad es débil –todavía- en todos los aspectos.
Si bien es cierto, el teatro Julieta, le da una perspectiva más amplia a la obra, pierde (por lo menos para mí) esa intimidad que resulta otro personaje en un ambiente más pequeño. Pero resalta más el juego de la música y los sonidos (el tiempo, siempre el tiempo) combinado con las luces, destacando escenas cortas que pudieron ser más largas y otras largas que pudieron ser más cortas, las cuales van formando especies de pinturas que visualmente son atractivas (sensación confirmada por Carrillo en una entrevista donde menciona que utilizó referencias al pintor estadounidense Edward Hopper).
“Humedad” vale la pena verla no solamente por todo el esfuerzo que hay detrás de ella para montarla, sino porque, como dice la propia autora: La humedad te confunde. ¿Quién eres tú? ¿Quién soy yo? ¿Quién es la persona a la que decidimos amar hasta que la muerte nos separe? ¿No será el amor solo un pretexto para no estar solo cuando llegue el fin del mundo? Mírala y saca tus propias conclusiones. Lo importante al final es el amor y cada uno decide qué tipo de amor es, si es el amor egoísta, el puro o el inmortal.
“Humedad” vas hasta este domingo 12 de marzo a las 8:00 pm en el Nuevo Teatro Julieta. Pasaje Porta 135 – Miraflores.
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