Padres del cine: Una mirada (al cine) de la paternidad

Padres del cine: Una mirada (al cine) de la paternidad

Desde que el cine es cine se ha tratado de retratar al ser humano en toda su dimensión, en todos sus roles, con sus alegrías, tristezas y conflictos.

Uno de esos conflictos, es el paterno-filial, que sin dudas constituye, desde los inicios del cine, un recurso inagotable para los relatos fílmicos. Sobre todo los líos que refieren a la crisis de la paternidad.

Ya es hora que se aprenda a romper el mito de los “super papás” que abundan en las películas (sobre todo más comerciales). Esos padres dedicados que dan su vida por sus hijos, trabajan hasta el cansancio para darles lo que ellos nunca tuvieron, apoyan y comprenden sus decisiones en todo momento.

Esos padres cometen errores como cualquier ser humano y eso, muchas veces, se ve reflejado en lo que nos ofrecen en la pantalla. Padres modelos que en la realidad podrían no serlo tanto y que se acercan más a la realidad –y seamos francos- también la pueden exagerar.

Imágenes paternas

Diversos estudios cinematográficos configuran hasta cuatro categorías que se tornan en la imagen del padre. Tenemos así el arquetipo del “ídolo caído”, el padre autoritario, el padre melancólico, y el de la crisis de la separación o el abandono del padre.

Aquí podemos hacer un paréntesis, ya que hay padres biológicos que no ejercen la función protectora y orientadora sustituidos por los llamados padres simbólicos que en algunos casos pueden excederla como los abuelos, tíos y padrinos.

Todas estas categorías tienen efectos sobre los hijos, de ahí que un buen número de películas se configuran como relatos de iniciación: padres-hijos / hijos-padres.

Ya en el cine contemporáneo independiente también son cada vez más frecuentes las tramas que tratan de la búsqueda del padre o del reencuentro con él, aunque la relación carezca de lazos biológicos.

Todos estos conflictos se detallan en alguna u otra medida en las descripciones de las películas, que sin ningún orden en especial les recomiendo. Las que pueden ver junto a él, sin él, en familia a solas.

Pero eso sí,  no dejes de verlas -quien sabe- podrías convertirte en padre, ser uno mucho mejor y sobre todo comprender que los hijos no pedimos a los padres que nos tocan; en cambio  los padres si pueden hacer mejores o peores a sus hijos.

El padrino: Vito Corleone, el patriarca autoritario

Si hablamos de patriarcas en el cine, el primero que a muchos se nos viene a la cabeza es don Vito Corleone, interpretado magistralmente por Marlon Brando y en su versión joven por Robert De Niro.

Es un padre que profesa un amor desenfrenado por su núcleo familiar, que sin embargo, detrás de ese amor esconde algo poderoso. Machista, controlador, obsesivo y autoritario así es “El Padrino”. Y por supuesto si todavía no ha visto una de las trilogías más importantes, dirigidas por el maestro Francis Ford Coppola, el Día del Padre es un buen día para empezar hacerlo.

La vida es bella: Guido Orefice, el mago de las mentiras piadosas

Roberto Benigni nos conmovió con su Guido Orefice, uno de los padres más queridos del séptimo arte. “La vida es bella” nos relata la conmovedora historia de una familia italo-judía en el marco de la Segunda Guerra Mundial. En donde sucede que, cuando llegan los alemanes, decide  que su hijo no se diera cuenta de nada, le inventa una fantasía que el niño cree ciegamente.

Una mentira tras otra. Eso es, en teoría, la relación que tiene este padre con su hijo. Pero es un tema de debate, ya que los espectadores justifican su red de mentiras y fantasías para esconder la horrible realidad y así le demuestra el profundo amor que le tiene. ¿La realidad excusa vivir en una mentira? Usted decida.

Kramer vs. Kramer: Ted Kramer, el paradigma del padre soltero

El gran Dustin Hoffman nos mostró lo fácil que es ponernos del lado del padre. Abandonado por su esposa, repentinamente se convierte en padre soltero, teniendo que encargarse de la crianza del niño y seguir con su trabajo; todo para que luego la madre vuelva y se intente llevar al pequeño.

Al parecer se nos olvida cómo era Ted Kramer antes del abandono de su esposa. Un hombre completamente consumido por su trabajo y le dedicaba poco y nada de tiempo a su familia. Pero eso no le importa al espectador que se encandila por la proeza digna de admirar, el que se haga cargo de su hijo y lo pueda hacer compatible con su vida profesional.

Historia de un matrimonio: Charlie Barber, el padre promedio

Un padre reciente, actual, de hoy es el que interpreta Adam Driver, Charlie Barber en Historia de un matrimonio. Un director de teatro, con una vida promedio, que está pasando por el doloroso proceso de divorcio.

Este padre es autosuficiente: Cocina, lava los platos, limpia la casa y puede hacer todo tipo de quehaceres hogareños sin ayuda de su mujer y sin que se lo pidan. La cinta no hace que tengamos que idealizarlo por eso (como es el caso de Ted Kramer), él es así y no es novedoso para nosotros. Se vislumbra como el padre promedio de las nuevas generaciones porque tiene luces y sombras, defectos y virtudes como cualquier ser humano.

En busca de la felicidad: Chris Gardner, el arquetipo de cómo debe ser un padre

Will Smith nos mostró que todo puede ser posible. Chris Gardner es un padre fracaso; así fue con su inversión. Su esposa lo abandona y se queda a cargo de su hijo. Viven en albergues, pero él está seguro que saldrán adelante.

Idealizado en su mayor parte, Gardner haría cualquier cosa por su hijo, jamás lo deja solo y prácticamente son un equipo. Le da los consejos que todo hijo no quiere escuchar, pero debe y siempre va a estar para su pequeño. El drama conmueve y nos hace pensar que nos cuesta asumir que estas son actitudes que todo padre debe cumplir; y que aun como sociedad debemos avanzar en cuanto a la responsabilidad paternal para no endiosar a un padre por el solo hecho de hacerse cargo de su hijo, ya que solo está haciendo lo que tiene que hacer.

Lo Mejor de Mi Vida (Fathers And Daughters): Jake Davis, el padre que renuncia al hijo

Esta conmovedora cinta trata sobre la relación entre un padre y su hija a lo largo de 25 años. Todo comienza en Nueva York en la década de los 80, cuando Jake Davis (el ganador del Oscar, Russell Crowe), novelista ganador del Pulitzer y viudo reciente tras la muerte de su esposa, lucha contra una enfermedad mental al tiempo que intenta criar a su hija de cinco años. Otra cinta que se deja ver para lucimiento de Crowe.

Cinema Paradiso: Alfredo, el buen padre sustituto

En Cinema Paradiso, el bello filme de Giuseppe Tornatore, Toto, el hijo de una viuda de una villa italiana, encuentra en la figura del proyeccionista de cine Alfredo, la figura sustituta paterna. Éste le muestra la magia del cine, y sin haber tenido mucha educación, los consejos que le da se basan en lo que escucha en las películas.

Pero un día, cuando se da cuenta que Toto ha crecido lo suficiente, lo convence de que se vaya a estudiar a Roma, aún a costa de dejar de tenerlo cerca. Después de 30 años, Toto regresa al funeral de quien fuera su padre de vida.

El mejor padre del mundo: Lance Clayton, viviendo en un mundo de mentira (otro más)

Una de las últimas películas del gran Robin Williams, es esta donde personifica a Lance Clayton, un profesor de poesía de instituto que sueña en convertirse algún día en un famoso escritor. Un día, un terrible accidente cambiará su vida. Tendrá la posibilidad de conseguir toda la fama y fortuna con la que siempre soñó, pero a costa de construir un enorme engaño del que le será imposible salir.

El gran pez: Edward Bloom, el padre soñador

Esta gran cinta de Tim Burton es una hermosa fábula sobre el amor, la familia y la vida misma. Edward Bloom (Ewan Mcgregor) es un hombre al que le gusta contar las anécdotas y momentos cruciales de su vida, pero les añade características fantásticas que hacen sus relatos imposibles de creer. En su lecho de muerte, se encontrará con su hijo, el cual se alejó de él desde hace mucho tiempo.

El Padre: Anthony, nunca nos olvidaremos del sublime Hopkins

El padre cuenta la historia de Anthony (Anthony Hopkins) un hombre que está perdiendo poco a poco la consciencia de su realidad por culpa de la demencia, olvidando cada vez más todo y a todos los que le rodean. Su carácter, cada vez más seco, ha provocado que la última cuidadora abandonase su puesto, haciendo que su hija Anne (la gran Olivia Colman) sea quien le cuide.

Pero tiene que encontrar pronto una solución, ya que dentro de poco tiene planeado mudarse a París y tiene que buscar a alguien para que cuide de él. A través de cambios sutiles en su entorno, caras que cambian e historias que se mezclan, se ve cómo el mundo de Anthony cambia en su propia mente. ¡Consígala!

Un par de películas manipuladoras, por lo que te hacen sentir (pero bien que vale la pena sufrir y lagrimear un rato) y con 2 estupendas interpretaciones de sus protagonistas:

I am Sam: Sam, padre ante todo

El gran Sean Penn, es Sam Dawson una persona con retraso psíquico que ante la posible pérdida de su hija Lucy (Dakota Fanning) cuenta con la ayuda de la abogada Rita Harrison (Michelle Pfeiffer) para recuperar su custodia legal.

Lacrimógena, de buenos sentimientos, con trazos de denuncia social, un tanto manipuladora, así es esta cinta donde Penn se luce una vez más. Mención aparte es un excelente banda sonora con canciones The Beatles.

Milagro en la Celda 7: Memo, padre más allá de lo racional

Este intenso drama nos cuenta la historia de Memo, un hombre con discapacidad intelectual (un excelente Deniz Baysal) que es encarcelado injustamente por la muerte de una niña y debe demostrar su inocencia para poder estar junto a su hija de seis años. En la cárcel tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir, pues los presos lo tratan mal. Pero después de un tiempo se dan cuenta que tiene un corazón de oro, digno de un padre ejemplar, por lo que todos se movilizan para salvarlo de la pena de muerte. Preparénse para llorar largo y tendido…

Dentro del cine de autor contemporáneo, cabe destacar el modo en el que Alexander Payne ha abordado la crisis de la paternidad en Las confesiones del Sr. Schmidt, Los Descendientes y Nebraska. Frente al desencanto ante la figura paterna que es propia del “ídolo caído”.

Payne transmite en estos filmes una mirada esperanzada, que invita a considerarlos como un tríptico sobre la restauración del padre. Gracias a esta condición recuperada, los protagonistas de los filmes idealizan su sensación de fracaso y podrán satisfacer su anhelo de encontrar un sentido a sus vidas.

Jack Nicholson como Warren Schmidt

George Clooney como Matt King

Bruce Dern comoWoody Grant

Deja un comentario:

Loading Disqus Comments ...